Gustavo Adolfo Bécquer,(Sevilla, 17 de Febrero de 1836-Madrid 22 de
diciembre de 1870) no
sólo fue el artífice de una importante lírica, sino que también se le considera
un gran narrador y periodista. Escribió veintiocho narraciones del género leyenda,
muchas de ellas pertenecientes al género del relato gótico o de
terror, otras, auténticos esbozos de poesía en prosa, y narraciones de
aventuras, cuyos temas van desde lo religioso, el oriental y exótico, la muerte
y la vida de ultratumba, el embrujamiento y la hechicería entre otros.
Bécquer nos ha legado su prosa y
una lírica plagada de descripciones sobre la naturaleza castellana que
demuestran su notable imaginación.
En 1863 padeció una grave recaída
de la tuberculosis, enfermedad que padecía desde hacía tiempo. Para
recuperarse, Bécquer se trasladó a vivir al Monasterio de Veruela (Zaragoza),
situado en las faldas del Moncayo y cuyo aire puro era conocido como
tratamiento para la tuberculosis. Este antiguo monasterio cisterciense
exclaustrado poseía un gran encanto romántico y fue un lugar de inspiración.
Gustavo Adolfo escribió allí las cartas agrupadas después en "Desde
mi celda" que desbordan vitalidad y encanto. Y también varias de
sus leyendas están ambientadas en el Moncayo. A pesar de la breve estancia (no
llegó a un año), esta etapa constituye una parte fundamental de su producción
artística.
Al día de hoy su obra
periodística carece de estudio y posterior crítica.
Las Rimas de Bécquer se
encuadran dentro de dos corrientes heredadas del Romanticismo: la
revalorización de la poesía popular (que la lírica culta había abandonado en el
siglo XVIII) y la llamada «estética del sentimiento». El ideal poético de
Bécquer era el desarrollar una lírica intimista, expresada con sinceridad,
sencillez de forma y facilidad de estilo. Bécquer y sus Rimas son el umbral de
la lírica en español del siglo XX.
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